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¿Cuál es la diferencia entre los ETF y otros instrumentos financieros?

Si quiere invertir su dinero en diferentes valores y así repartir el riesgo, puede invertir a través de un bróker, por ejemplo, en fondos o Exchange Traded Funds (ETFs). Pero, ¿qué instrumento financiero se adapta mejor?

ETFs populares

Los fondos cotizados (ETF) han experimentado un verdadero auge en los últimos años. Están disponibles desde hace más de 20 años. Como su nombre indica, los ETF pueden negociarse en bolsa. Esto significa que puede comprar y vender el producto, como si fueran acciones. Esto no es posible con los fondos de inversión normales. Su compra y venta sólo es posible una vez al día a través del proveedor del fondo. El objetivo de un ETF es replicar un índice con la mayor precisión posible. Los ETF más conocidos son los de renta variable, que se basan, por ejemplo, en grandes barómetros bursátiles como el DAX, el S&P 500, el Nasdaq 100 o el EuroStoxx 50. Sin embargo, también existen ETF sobre otros activos, como la renta fija, el sector inmobiliario o las materias primas. El principio es el mismo para todos ellos: Los inversores participan 1:1 de las ganancias y pérdidas del índice de referencia.

ETF frente a fondo de inversión

Los ETF se comparan a menudo con los fondos de inversión tradicionales. Al fin y al cabo, ambos son fondos, sólo que con características diferentes. Una ventaja particular de los ETF frente a los fondos normales es que los inversores pagan unas comisiones de gestión mucho más bajas. La razón es que los ETF sólo siguen el índice de referencia. Por eso los ETF también se denominan productos de gestión pasiva. Un gestor de un fondo de inversión, en cambio, tiene que gestionar activamente la cartera, por ejemplo, para comprar y vender posiciones en función de la situación del mercado. Los fondos son, por tanto, productos de gestión activa por los que hay que pagar comisiones de gestión más elevadas.
El gestor del fondo convencional argumenta que con su intervención activa puede aumentar las oportunidades y reducir los riesgos. En principio, esto es correcto. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que los fondos de gestión activa no suelen superar a sus índices de referencia. Esta es una de las razones por las que los ETF se han hecho cada vez más populares. Al fin y al cabo, ¿por qué comprar un fondo caro cuando puedo conseguir un ETF más barato que supere al fondo habitual? Sin embargo, esto último no siempre es así. De hecho, hay fondos de gestión activa que obtienen mejores resultados que los ETF comparables, sobre todo cuando los mercados tienden a la baja. En ese caso, los inversores en ETFs participan 1:1 en las pérdidas del mercado, mientras que los fondos activos pueden minimizar las pérdidas.

Largo horizonte de inversión con los ETF

En principio, los ETF son una buena opción cuando el mercado al que se refieren está en auge. Para quienes quieran invertir su dinero en ETFs a largo plazo, los productos son muy interesantes. A largo plazo, es decir, durante un periodo de inversión de al menos 10 años, tiene muchas posibilidades de obtener una rentabilidad atractiva. Por ejemplo, los principales índices de referencia, como el DAX (acciones principales de Alemania), el EuroStoxx 50 (acciones de la zona euro) y el S&P 500 (acciones de EE.UU.) han sido significativamente positivos a largo plazo en el pasado. Los ETF son una alternativa buena y rentable a los fondos de renta variable de países, regiones y sectores gestionados activamente. En la actualidad existen varios mercados o regiones en los que se puede invertir con los correspondientes ETF. Un ejemplo es el índice MSCI World, que contiene unas 1600 acciones de todos los países industrializados del mundo. Con un ETF MSCI World, puede invertir en numerosos países y sectores de todo el mundo, con un único producto financiero. Tanto los ETF como los fondos se clasifican como activos especiales, a los que no pueden acceder los posibles acreedores de la sociedad de fondos ni la propia sociedad de fondos. El capital de inversión está separado del patrimonio de la sociedad de gestión de capitales.

La mezcla marca la diferencia

Por su transparencia y rentabilidad, los ETF son adecuados para los inversores que desean invertir en mercados y regiones enteras de la forma más sencilla y rentable posible. A cambio, deben ser conscientes de que pueden producirse pérdidas en las fases bajistas. Por ello, los expertos aconsejan invertir a largo plazo para capear las caídas temporales de los precios. En los fondos de gestión activa, el inversor paga una comisión de gestión más elevada que en los ETF. Por lo tanto, estas comisiones deben ganarse primero con un buen rendimiento correspondiente. Quienes asumen que el gestor de un fondo no superará el rendimiento del mercado correspondiente, prefieren el ETF sobre un índice de referencia elegido. Sin embargo, los ETF, los fondos y las acciones de una cartera no son mutuamente excluyentes. La ventaja de los ETF, sin embargo, es que los inversores pueden invertir en un índice con una sola operación, sin tener que prestar atención a la selección individual de acciones, bonos u otros miembros del índice.

¿Qué hace que los ETF sean tan especiales?

  • Los certificados de índices siguen la evolución de los precios de los activos subyacentes, como las acciones, los bonos o las materias primas, en una proporción 1:1.
  • Los ETF son un producto de inversión de bajo coste
  • Los ETF son activos especiales y, por tanto, están especialmente protegidos contra la insolvencia
  • Los ETF son un producto de mercado alcista
  • Invierta en un índice con una sola transacción utilizando un ETF