Cómo comencé a invertir a los 20 y lo que aprendí en el camino

Por

Angel Martínez

Blog de Finanzas Personales

Tiempo de lectura, 2 minutos

Cuando tenía 20 años, estaba en pleno torbellino universitario. Estudiaba de lunes a viernes, trabajaba los fines de semana en una cafetería y trataba de mantener mi vida social. Todo parecía un caos, pero algo me inquietaba: mi situación financiera. Sentía que necesitaba hacer algo para asegurarme un futuro mejor, pero no tenía ni idea de por dónde empezar.

La Revelación mientras tomaba un Café


Un día, después de una larga semana de estudio y trabajo, me encontré en el bar con algunos amigos, Nando y Alberto. Estábamos hablando de nuestras carreras, de que quizás no era tan bonito como habiamos pensado en un principio ya que estábamos trabajando de manera precaria al mismo tiempo. Un chico en la mesa de al lado, que parecía tener unos años más que nosotros, escuchó la conversación y se unió. Nos contó cómo había empezado a invertir en acciones cuando tenía nuestra edad, en la universidad, y cómo poco a poco consiguió la entrada para su piso mientras trabajaba y sus inversiones daban un rendimiento casi fijo.

La conversación me dejó pensando. En ese momento, recordé que estaba luchando para pagar el alquiler de mi estudio en Malasaña, y cómo me sentía constantemente estresado y ahogado con gastos. Me di cuenta de que tenía que hacer algo. No podía seguir esperando que mi salario de cafetería (curraba en un Starbucks) me llevara muy lejos. Necesitaba tomar el control de mi futuro financiero.


El Primer Paso

Esa misma noche, llegué a casa con una determinación renovada. Empecé a investigar sobre inversiones, pero la primera semana fue un mar de términos desconocidos y gráficos confusos. Me sentía perdido, como si estuviera tratando de entender un idioma extranjero. Sin embargo, en la segunda semana, decidí dar el salto y compré mi primera acción con mi banco habitual. Fue un momento emocionante y aterrador al mismo tiempo. Aunque luego me di cuenta del error que supone invertir con tu banco. Las comisiones de los bancos para invertir suelen ser terriblemente malas, no disponen de herramientas especializadas y sólo disponen de un pequeño porcentaje de productos financieros.


Aprendiendo en el Proceso

Con el tiempo, descubrí que invertir no era solo cuestión de comprar y vender acciones al azar. Necesitaba entender cómo funcionaba el mercado, investigar las empresas y aprender a gestionar mis riesgos. Me di cuenta de que, para realmente avanzar, necesitaba más que solo una cuenta en una plataforma de inversión. Necesitaba un Bróker, que es la empresa que me comunica con el mercado para invertir en los productos que yo desee.


¿Bueno y lo más importante, por qué Broker me decidí?

En resumen, después de probar varios brokers en el mercado, elegí Trive. Trive me convenció por su combinación de regulación sólida, herramientas de práctica, formación continua, y eventos exclusivos. Están regulados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y tienen oficinas presenciales en el centro de Madrid.A diferencia de otros brokers que probé, Trive destacó por su atención al cliente, me resolvieron todas mis dudas y fueron muy transparentes en todo momento, además de ser los más baratos que encontré. Digamos que me atendieron al teléfono siempre que necesité en vez de hablar con un chat o estar mandando emails sin respuesta.

Les solicité una cuenta de inversión gratuita con dinero ficticio para probar, para ahorrarte líos, ellos lo llaman una “demo”, con la que puedes invertir dinero virtual para practicar (hasta 100.000€ sin coste) antes de invertir con dinero real (yo empecé con 100 €). Simplemente me di de alta en su web, y un asistente de cuentas me guió para descargar y configurar la plataforma en mi ordenador. Es algo lioso al principio, pero ahora la he instalado yo mismo en varios ordenadores o simplemente utilizo la versión web de su plataforma Trive Trader.

¿Por qué me decidí por Trive?

Me enseñaron a utilizar la plataforma y empecé a practicar con dinero ficticio. Esta flexibilidad fue clave para ganar confianza. Para coger aun más confianza, asistí a uno de sus eventos presenciales, donde pude conocer a otros inversores y aprender directamente de los expertos. Aquí te dejo una imagen de uno de estos eventos, para que veas cómo fue. Hacen uno cada mes con plazas limitadas pero si avisas con tiempo te hacen un hueco, ¡Se llenan muy rápido!

Hoy puedo decir que me queda muchísimo por aprender pero que invierto con más confianza, sabiendo que mi ellos me ofrecen las herramientas y recursos necesarios para planificar mis inversiones futuras. Si estás pensando en dar el salto, te dejo el enlace para contactarles, mi recomendación es que empieces a tu ritmo y les pidas toda la formación posible. Sólo tienes que crearte una cuenta con ellos y depositar cualquier cantidad, incluso 10€ (que luego puedes retirar o utilizarla en tus inversiones) para recibir todo su paquete formativo, cursos en vídeo e invitaciones a sus eventos. Si como yo te animas a empezar, sólo puedo decirte…¡Nos vemos en los mercados!